Michael Iskander encontró propósito y fe al interpretar a David en la serie cristiana “La Casa de David”.

Su papel lo llevó a una transformación espiritual que hoy define su vida.

Michael Iskander jamás imaginó que aceptar una audición escolar para ayudar a una amiga lo llevaría a descubrir su vocación como actor. Años después, al ser elegido para interpretar al rey David en la serie “La Casa de David”, su vida dio un giro profundo. En sus propias palabras, fue “un papel que cambia la vida”. La complejidad del personaje —un hombre imperfecto pero con un corazón que busca a Dios— lo llevó a reflexionar sobre su propia fe y a redescubrir su relación con lo divino.

Más allá del éxito de la serie, que ha superado los 40 millones de visualizaciones en Prime Video, Iskander ha encontrado en su trabajo una misión espiritual. La segunda temporada, que muestra el crecimiento de David desde pastor hasta comandante del ejército de Saúl, ha sido también un reflejo del crecimiento interior del actor. “David tiene mucha dualidad”, afirma Iskander, reconociendo que interpretar al rey bíblico lo ha ayudado a comprender la gracia, el arrepentimiento y la redención.

Su testimonio es un recordatorio de que Dios puede usar cualquier escenario —incluso el de una producción televisiva— para tocar corazones y transformar vidas.